“Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos”, dice el “Espíritu de Compañerismo”, del Credo de la Legión. Es el compañerismo, la confianza y solidaridad, la base de la relación de unos hombres que caminan por el sendero de la incertidumbre del combate. Nadie quedará, jamás, abandonado a su suerte, cueste lo que cueste. Jamás solo en la paz, jamás solo en combate, jamás solo en la vida o en la muerte. No quería hoy hablarles del Credo de la Legión pero algunos comentarios criticando la repatriación del sacerdote Miguel Pajares, infectado por el virus del Ébola, y la religiosa Juliana Bohi me han hecho meditar lo injusto e inhumano que resulta cuantificar desde parámetros económicos, estadísticos o partidistas el servicio y la entrega a los demás. Recordaba la grandeza de ese espíritu, el compañerismo, que ha dejado escritas páginas de…
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