Un viento seco y sin vida nos trae el sonido de la guerra. A pesar de la lejanía de su origen lo hemos reconocido enseguida. Trae olores de duros combates en aquellos históricos escenarios de vida y muerte. Viene de la tierra que es el principio de todo y donde la guerra es la rutina diaria. Tierra de guerreros que se enfrentan a lo que les es ajeno y donde nunca vence la abundancia de recursos sino la crudeza del violento mensaje. La vida se enfrenta al miedo de la esclavitud impuesta por la cultura de la muerte.
¡Irak!, suena a guerra y a duros enfrentamientos.
¡Irak!, suena a guerra en el frente y a olvido en la retaguardia.
¡Irak!, es una duda para el soldado que allí luchó y que, sin saber todavía porqué, con urgencia fue retirado.
¡Irak!, una guerra de nombre prohibido que se libró en varios…
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