Y quisieron entrevistar a aquellas Damas legionarias que partían para Irak. No fue posible, no hubo manera. De esto hace ya más de diez años. Sencillamente ellas no quisieron. El hecho de ser Dama legionaria les parecía tan normal que no entendían que eso fuese un hecho destacable, una noticia que las señalase como algo singular. No querían ser un objeto mediático ni nada distinto a sus compañeros, los Caballeros legionarios. Ninguna aceptó la entrevista; ni las que partían para Irak ni las que se quedaban en Viator. El reportaje se limitó a hablar de la Legión, de las Damas
y Caballeros legionarios, todos iguales. Los periodistas, frustrados, esperaban otra cosa distinta a tanta normalidad.
Aún mantengo el recuerdo de una de aquellas Damas legionarias; era Cabo y le costó un gran esfuerzo alcanzar sus galones. No diré su nombre pero mantendré su recuerdo como ejemplo de coraje y sacrificio…
Ver la entrada original 487 palabras más