El comandante Villar, jefe del sector del Kert de la Policía Indígena, entra en el despacho del Jefe de la Sección de Campaña
– «Vengo mi teniente coronel a que me dé instrucciones».
– «¿Qué instrucciones? ¿A qué se refiere usted?».
– «A la ocupación de Abarrán».
– «¡Pero si no sé ni una palabra de eso!».
– «¿No está usted enterado?».
Después de una conversación con el comandante Villar el general Silvestre decide ocupar Abarrán. Una operación en la que, sin rigor táctico alguno, sin pensar en sus consecuencias, basada en tendenciosas informaciones, dispone que Abarrán se ocupe por la Policía. ¿Los Tensamán van a regalar la posición?
«…un comandante de huevos».
Cada palmo de terreno esconde una traición y pone en peligro la vida de muchos hombres. Algunos no lo aprenderán hasta que les cueste la suya. Duro y cruel aprendizaje que acaba con los héroes…
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